Sigo con Rimbaud. Aunque a través de Paul Verlaine. En este libro, Verlaine narra sus estancias en diferentes hospitales y prisiones. En este caso, nos interesan Mis prisiones. Ahí se cuenta el legendario episodio en que Verlaine le pega un tiro a Rimbaud. Aquí se intuye que a Rimbaud no le faltaba mucho para ser una maricona (y este término, maricona, carece de cualquier connotación sexual) y un chotas de mierda... Pero por si no me crees, te he escaneado el relato en que Verlaine hace referencia a dicho episodio:
Me gusto tu blog, muy interesante.
ResponderEliminarTe dejo la direccion del mio, si te dan ganas de pasar por ahi.
Saludos.
http://wwwavecesmehagocargo.blogspot.com/