Frase de Henry Miller

Henry Miller: Solo hay una cosa que tiene para mí un interes vital, y es recoger todo lo que se deja fuera de los libros.

viernes, 6 de enero de 2012

Odalís G. Pérez: Fragmento de un manifiesto:

Odalís G. Pérez


Fragmento de un manifiesto
 En este nuevo año que es el mismo cuadro del tiempo anterior, la poesía tendrá que ayudarnos a sobrevivir por encima de la duda y la elección.  Los Demonios del mar a los que alude el escritor venezolano Luís Britto García, están cerca de nosotros, los contaminados por el virus de la crítica y la poesía.  Mientras la burocracia y la desvergüenza dominan y pretenden salvaguardar su “tesoro” de poder, la razón cínica pretende convertirse en “Moral” y Antología.  Digo bien, no ontología, sino antología del impudor, de la arrogancia, de la servidumbre, de la desventura política, de ese significante que poco a poco vemos quebrarse en sus bordes y centros.  El Manifiesto por una expresión libre de la crítica y la poesía empieza a escribirse desde que los indignados dominicanos emplazan la tentativa de corrupción de la poesía; el dinero, el puesto, el sueldo, la corbata, la chaqueta, la arrogancia del cínico, del funcionario de papel y diploma, el desplome de la moral social dominante… Para todo ello es necesario un inminente, un infinito, un declarado y rotundo NO.  Frente al poder de la mentira estatal, estamos construyendo un proyecto que en estos momentos no necesita de aprobación, sino de decisión.
¿Feliz año nuevo?  Lo dudo.  La poesía ha sido mancillada en estos casi ocho años de Gestión Cultural Oficial.  La poesía ha sido enmarcada, antologada por las nuevas “personalidades literarias”, los nuevos “Gerentes Culturales”, los nuevos “emprendedores” de la cultura oficial; los nuevos gérmenes del “progreso”  y el bienestar social.  La nueva razón cínica se ha impuesto como progreso y proyecto canalla proveniente de un “Estado Canalla” que ha querido encanallecer la poesía, hacer de ella un juego de corte y retórica; una Antología de la vanidad y el impudor; un premio a la obediencia de poder, a la “conducta literaria”; un premio a la gestión de las bondades del homenaje; un premio a la genuflexión intelectual; un premio a la servidumbre del “poeta” oficial; un premio al impudor y la desvergüenza del cínico pseudoilustrado.  Pero como dice el poeta sapientísimo Paul Celan en su Correspondencia (1951-1970):
“También la poesía vendrá en nuestra ayuda.  Siempre formamos parte de ella, siempre estamos en ella”.

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