En estos tiempos de vacas flacas, me doy cuenta de que, en realidad, no tengo ningún derecho a quejarme, soy afortunado: Tengo amigos: Amigos de verdad: Amigos como Lucas, que en las páginas de este libro de Robert Stone encontró referencias sobre Neal Cassady y se acordó de que Neal es uno de mis referentes, y entonces Lucas no se lo pensó dos veces: me llamó por teléfono y me dijo que me enviaba el libro por correo... Y así lo hizo... Y bueno, terminé ayer de leerlo y he de decir que si bien el estilo de Robert Stone no me entusiasma, las anécdotas e historias que cuenta en este libro sí lo han hecho: entusiasmarme. Sobre todo las que hacen referencia a la estancia de Robert en París y a las referentes a Ken Kesey & Neal Cassady & su autobús mágico.
Gracias, Lucas, hermano.
De Kerouac espero hablar en el próximo post: esta mañana me llegó Tristessa, editado primorosamente por Ediciones Escalera, con traducción de Daniel Ortiz Peñate, y unas ilustraciones cojonudas más un impresionante desplegable en el interior a cargo de Dani Orviz , todo un lujo... pero ya digo: de Keouac y su Tristessa hablaré en el próximo post...
Un detalle el de tu amigo.
ResponderEliminarMe alegro por esa buena lectura.
Un abrazo.