Estos dos poemas, inéditos, de Suko Susana, con la que colaboré en El día en que Peter Pan empezó a envejecer, forman parte de su poemario Mordiscos con lengua, de próxima edición en la colección Zigurat del Ateneo Obrero de Gijón:
S/T
He tenido un sueño.
Alguien regresaba y explicaba por qué se fue.
Se acercó mientras dormía, para despedirse en condiciones, para expiar su culpa.
Para recoger su soga del cuello.
Ahora ella no soporta mantener su vista frente al horizonte yermo y deshecho, que él le ha dejado en herencia,
destrozándole la vida.
Egoísmo suicida, el peor.
Los muertos han de respetar, en su forma de irse y en su forma de permanecer... el tiempo justo.
Habla el sentimiento: ahora mismo mi mente tiene la boca en pespunte.
(El ángel de un hombre muerto no siempre es bienvenido)
Composition lights, de Suko Susana
LA CASA DEL FARO y LA CASA DE LA CRUZ
Un faro en la costa es igual que una cruz en lo alto de la montaña. Ambos guían.
A sus pies una casa sencilla, pequeña pero grande. Sus muros combinan texturas suaves y aquellas que arañan si insistes demasiado.
En la casa del faro y en la casa de la cruz, se respira un aire limpio y puro que casi paraliza el tiempo.
Es un divertimento y un puzzle de coordenadas.
Es a veces insultante y otras un privilegio.
Es un combate con la paciencia, con guantes de azúcar y clavos.
En las alturas, siempre en las alturas: rozando el cielo y navegando memorias.
Es el punto de partida y a la vez el regreso.
De peces y pájaros, de peces alados.
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